Depredador es una mis películas favoritas, nunca puedo dejar de verla cada vez que la transmiten por el cable, se trata de una cinta que aunque te la sepas de memoria capta tu atención y no te suelta hasta el final, es por eso que hoy les hablare de este gran clásico de la acción y ciencia ficción de los años 80.

A menudo se subestima la importancia del guion en el género de acción, sin embargo una buena historia consigue que recordemos determinadas películas y condena al olvido a tantas otras. La cinta que John McTiernan dirigió en 1987 tiene muchos meritos, comenzando por la vigorosa dirección del propio McTiernan, el espectacular diseño de la criatura a cargo de Stan Winston, la magnífica banda sonora de Alan Silvestri y el contexto provisto por un guion tan simple como eficaz de los hermanos John y Jim Thomas.

Ahora para comprender el impacto de esta película tenemos que volver a una época sin internet o imaginarla, en caso de quienes no habían nacido en ese entonces, durante aquellos años no se le mostraba media película al público antes del estreno, con suerte se podía ver algún tráiler en los cines cuando se iba a ver otra película y con más suerte se podían ver adelantos en la televisión, solo quienes compraran revistas especializadas andaban un poco más actualizados sobre los próximos estrenos.

En Depredador tenemos al Mayor Alan Schaeferl liderando a un equipo de fuerzas especiales, glorificando la masculinidad sin pudores ni tapujos aunque con cierta exageración paródica, que inexplicablemente no le resta a la película ni un gramo muscular de épica. En ese entonces el público iba a ver otra cinta de Schwarzenegger donde se agarrara a golpes y disparos con cualquier tipo extraño.

Ahora uno de los grandes aciertos de este guion es lo bien marcados que están los tres actos de la película y el modo en que contrastan unos con otros, en el primero este grupo de fuerzas especiales se nos presenta como un equipo invencible, que jamás pierde el control de la situación, ellos son los individuos superiores que vienen de un país mucho más avanzado tecnológicamente a este innominado país tercermundista. Adentrándose en la selva para atacar el campamento de sus presas y allí presenciamos un combate ferozmente desigual que este grupo de elite sostiene contra los improvisados rebeldes, pero no estamos mirando solos porque algo les está observando desde la distancia.

Así que en el segundo acto nos vamos a encontrar con que el invencible grupo, liderado por el más invencible aun Schwarzenegger pasaran de ser cazadores a convertirse en las presas, así que poco a poco se ira disipando esa confianza en si mismos que les permitía a estos militares de Elite relajarse y contar chistes antes de cada ataque.

Hay una escena casi poética en la que incapaces de distinguir que los está emboscando, este grupo de machos alfa disparan enloquecidos a la jungla y nosotros la audiencia estamos casi tan desorientados como ellos, todavía no conocemos la forma del antagonista que se nos va presentando poco a poco, no le veremos con claridad y en toda su gloria sino hasta el tercer acto.

Es aquí donde la película cambia de tono, ya no se trata de cumplir con la misión la cual ha sido dejada completamente de lado, se trata de la supervivencia y en este punto más que nunca es donde se ponen en juego la fuerza física y el honor, ya no es un juego entre machos hiperbólicos que bordean la parodia, sino una lucha entre especies que retrocede hasta los orígenes del ser humano, sin armamento o tecnología moderna para llevarnos a los preparativos de cada uno de los contendientes para la batalla final.

Aquí se encuentran los mismos elementos que en los cazadores prehistóricos cuando se enfrentaban a las fieras de su tiempo, Depredador demuestra que en la aparente ligereza puede existir una gran densidad simbólica, más allá de si los hermanos Thomas eran o no conscientes de ella. Esta película es una magnifica artesanía, llena de épica y entretenimiento, filmada por un maestro del género como lo es McTiernan, ya que fue concebida y realizada con gran inteligencia.

Los que la adoramos hoy y la adorábamos durante nuestra infancia o adolescencia, seguro no pensábamos en nada de lo que he mencionado anteriormente, pero lo cierto es que algo nos retenía frente a la pantalla, algo incluso más fascinante que la presencia de Schwarzenegger o la del misterioso antagonista espacial. Quizá conscientemente disfrutábamos más de emprender una y otra vez ese viaje hacia atrás en la historia, comenzábamos con los guerreros modernos y casi auto paródicos, hacíamos una parada en los viejos guerreros honorables al estilo samurái y terminábamos en un punto que evoca la supervivencia más primitiva.

En conclusión, en estos tiempos modernos esta maravillosa película se reafirma como una obra maestra cada vez más irrepetible, aunque tengo fe en la precuela que se va a dentro de poco llamada Prey, pienso que difícilmente volveremos a ver algo tan impactante como la selva, el calor, la tensión y el misterio tan genuino que se vio en esta primera entrega.

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