En general las vanguardias artísticas, de origen europeo y condensadas en las tres primeras décadas del siglo XX, fueron impulsadas y representadas por individuos muy singulares, heterodoxos, extraños, discordantes. Así ocurrió en el expresionismo, el futurismo, el dadaísmo, el surrealismo, por nombrar los movimientos vanguardistas más importantes (Acerca de la vanguardia artística he publicado en #Hive los siguientes posts, entre otros: 1, 2, 3).

Un caso particular es el del francés Jean Cocteau, nacido el 5 de julio de 1889. Cocteau produjo en poesía, novela, dramaturgia, ensayo, pintura, cine, escenografía, etc., siempre desde ese “espíritu nuevo” que promocionó la vanguardia, desde los años 20 y que, en su caso, se extendió hasta la década del 60.

En cine son muy representativos los filmes La sangre del poeta (1932), La bella y la bestia (1946), Orfeo (1950) y Los niños terribles (1950), todos conformados por su visión y gusto atrevido y transgresor.

En poesía escribió desde muy joven, como su poemario La lámpara de Aladino, de 1909. Entre los textos más divulgados en español están: Oda a Picasso (1919), Tomás el impostor (1923), La voz humana (1930), Retratos-recuerdos (1935), entre muchos otros.

Seguidamente copiaré para ustedes tres textos suyos que comentaré brevemente.

El poeta es exacto. La poesía es exactitud...

El poeta es exacto. La poesía es exactitud. Desde Baudelaire, el público ha comprendido, poco a poco, que la poesía es uno de los medios más insolentes de decir la verdad.
No existe arma de mayor precisión; y para defenderse, con una defensa instintiva, de la angustia de la exactitud y de las claridades reveladoras, se obstinan las gentes en confundir la poesía con la mentira,
la viveza de espíritu con la paradoja.
¿Para qué referir una historia que no lleve en sí el peso inimitable de la verdad? ¿Para qué Memorias imaginarias, falsas anécdotas, frases que se equivocan de labios y recuerdos pintorescos? El peso muerto de la inexactitud abruma de fatiga.
Muy distinto es el haz de luz de un proyector, que se pasea por la superficie de esa noche acumulada detrás de cada uno de nosotros y que se detiene sobre un rostro, un acto o un lugar significativos, de forma que les dé el máximo de fuerza expresiva y de resurrección.[...]

Textos de reflexión en prosa acerca de la poesía, donde Cocteau apunta a uno de los aspectos de la palabra poética destacado posteriormente por otros poetas: “Quiero exactitudes aterradoras”, dice el poeta Rafael Cadenas en su “Ars poética”.

Hay gentes que lo poseen todo...

Hay gentes que lo poseen todo y no consiguen hacerlo creer; ricos tan pobres y nobles tan vulgares que la incredulidad que suscitan acaba por hacerlos tímidos y les da una actitud sospechosa.
En algunas mujeres, las más hermosas perlas resultan falsas. En cambio, en otras las perlas falsas parecen verdaderas. De igual modo, hay hombres que inspiran una confianza ciega y que gozan de privilegios que no podrían pretender. Guillermo Tomás pertenecía a esa raza de ventura.
Se le creía. No necesitaba adoptar precaución alguna ni hacer ningún cálculo. Una estrella de mentira le
llevaba derechamente a su objeto. Así, nunca tenía el rostro preocupado, turbado ni ceñudo. No sabiendo
nadar ni patinar, podía decir: «Yo patino y yo nado.» Todos le habían visto sobre el hielo y en el agua.
Un hada especial da esa suerte en el nacimiento.
Hay algunos que triunfan y a cuya cuna no acudió más hada que esa.
Nunca se le ocurrió a Guillermo hacer su examen y pensar: «¿Cómo saldré de esto?», o «Estoy engañando», o «Soy un miserable», o «Soy un hombre hábil».
Caminaba estrechamente unido a su fábula.
Cuanto más vivía su papel, más se incorporaba a él y más le aportaba ese fuego y esa franqueza que persuade.

Texto de una ambigüedad que nos descoloca, pues nos sugiere una cierta posibilidad de ejercer la vida como quien fuera sólo un personaje, un rol teatral, que se ejerce desde la verdad que es o finge ser.

Un amigo duerme

Tus manos por las sábanas eran mis hojas muertas. Mi otoño era un amor por tu verano.
El viento del recuerdo resonaba en las puertas de lugares que nunca visitáramos.

Permití la mentira de tu sueño egoísta allá donde tus pasos borra el sueño. Crees estar donde estás.
Qué triste nos resulta estar donde no estamos, así siempre.

Tú vivías hundido dentro de otro tú mismo, abstraído a tal punto de tu cuerpo que eras como de piedra.
Duro para el que ama es tener un retrato solamente.

Inmóvil, desvelado, yo visitaba estancias a las que nunca ya retornaremos.
Corría como un loco sin remover los miembros: el mentón apoyado sobre el puño.

Y, cuando regresaba de esa carrera inerte, te encontraba aburrido, con los ojos cerrados,
con tu aliento y con tu enorme mano abiertos, y tu boca rebosante de noche...

Hermoso y conmovedor poema en prosa que expresa el desconcierto y la inconformidad que puede generar la presencia del amado, en este caso, y la imposibilidad ante él.

Referencias:

https://es.wikipedia.org/wiki/Jean_Cocteau
http://www.amediavoz.com/cocteau.htm

Pueden ver en este enlace su filme La sangre de un poeta.
Les dejo un interesante trabajo documental sobre la actitud vital y el pensamiento de Jean Cocteau en este vínculo.

Gracias por su lectura.

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