Sophia Loren: una estrella en el corazón

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¿Quién que creció teniendo delante de sus ojos las imágenes de las bellas mujeres del cine no se enamoró ilusamente de algunas de ellas? Hayan sido para los más mayores, Greta Garbo, Marlene Dietrich, Ava Gardner, Ingrid Bergman, por nombrar a algunas de las décadas del 30, 40 y 50, y más adelante Claudia Cardinale, Brigitte Bardot, Gina Lollobrigida, Monica Vitti, Raquel Welch, entre las décadas de los 60 y 70.

Varias de estas últimas fueron atracción para mi juvenil virilidad. Otras, luego de pasado el tiempo, quizás dejaron de ser las divas símbolos sexuales, para convertirse en representaciones de belleza femenina en sí mismas, aun entradas en años. Me ha ocurrido así con Sophia Loren, quien naciera el 20 de septiembre de 1934, y hoy cumple 89 años.


Sofía Loren.jpg
Sofía Loren - Fuente


Sofía Loren fue portadora, desde sus primeras apariciones cinematográficas, de una sensualidad y voluptuosidad muy propias de su condición latina (romana al fin), expresadas en sus actuaciones de mujeres de vidas amorosas intensas o de figuras de la calle, o de heroínas de diferente tipo. Así, la veremos en Dos mujeres, el filme dirigido por el gran cineasta italiano Vittorio De Sica en 1960 con el que obtuviera el Óscar a mejor actriz, o en Ayer, hoy y mañana, del mismo director en 1963, donde protagoniza por primera vez con Marcello Mastroianni, y luego en Matrimonio a la italiana, también de De Sica en 1964 y con Mastroianni, con quien actuará en otras ocho películas. Inolvidable igualmente su actuación en La condesa de Hong Kong, bajo la dirección del inmenso Charles Chaplin —último filme de éste— de 1967, donde Loren está acompañada por Marlon Brando.


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Sofía Loren en Ayer, hoy y mañana - Fuente – Dominio público


Así, entre uno y otro filme, seducido por sus gracias físicas —ojos, labios, senos, caderas—, llegó para mí la imagen que se quedó para siempre de ella. Ya no la poderosa mujer sensual, sino la mujer de la vida común en medio de las contrariedades, de la cotidianidad alienante, de la esperanza y el deseo. Esa imagen me la transmitió y se alojó en mí con una de las más conmovedoras películas realizada a finales de los 70, Una jornada particular (también titulada como Un día especial), dirigida por Ettore Scola en 1977.

El filme cuenta la historia del encuentro casual de dos vecinos de un edificio en la Roma de 1938, el día de la visita de Hitler a la ciudad durante el régimen fascista de Mussolini. Antonitetta y Grabriele, una ama de casa, sometida a la monotonía, y un periodista discriminado por su homosexualidad, personajes magistralmente interpretados por Sophia Loren y Marcello Mastroianni. En medio de la alharaca propagandística exterior, estos dos seres solitarios se hallarán, en su tristeza y cohibición, en un día verdaderamente especial de amor.


Poster de Una jornada particular.jpg
Poster de Una jornada particular - Fuente



A continuación una secuencia del encuentro amoroso:


Me quedo, pues, con la imagen de esta mujer de rostro común, pero siempre bello, de cuerpo y apariencia corriente, capaz de llorar, desesperar, sonreír y sentir el amor que despierta lo ignoto, en la vida alejada de lo espectacular y díscolo del poder.


Antonietta (Sophia Loren) en Una jornada particular.jpg
Fotograma de Una jornada particular - Fuente


Video en tributo a Sophia Loren



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3 comments
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Coincido en destacar esa película de Sofía Loren, "Una giornata particolare", es realmente conmovedora. Pero en esta película podemos ver, más allá del físico espectacular de Loren, la extraordinaria intérprete.

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Hola, amiga @beaescribe. Gracias por tu visita. Precisamente a eso que dices al final de tu comentario es lo que destaco en mi post. Saludos.