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There is no doubt that cinema is full of emotions that every day transmits to all viewers around the world, strong emotions, sometimes anger, sometimes joy, spontaneous moments that make us laugh out loud, but sometimes, after laughing, we find scenes that touch the deepest part of our heart and make us shed tears, and although fortunately we are left with a happy ending or something that takes away the unpleasant feeling of sadness, those scenes remain for posterity as classics. Join me for a walk through the four scenes that tugged at my heartstrings.

No cabe dudas de que el cine está lleno de emociones que día a día nos transmite a todos los espectadores del mundo, emociones fuertes, a veces ira, en otras alegría, momentos espontáneos que nos hacen reír hasta más no poder, pero en algunas otras ocasiones, luego de reír nos encontramos con escenas que tocan lo más profundo de nuestro corazón y que nos hacen derramar lágrimas, y que a pesar de que afortunadamente nos quedamos con un final feliz o algo que nos quita la desagradable sensación de tristeza, esas escenas permanecen para la posteridad como clásicos. Acompáñenme a dar un paseo por las cuatro escenas que tocaron las fibras más sensibles de mi corazón.

El zorro y el sabueso es una película de 1985, basada en la novela de Daniel P. Mannixen, la cual vemos la historia de Tod, un pequeño zorro que llega a la casa de una viuda tras la muerte de su madre, la viuda se encarga de protegerlo y de cuidarlo lo mejor que puede. En su nuevo hogar, Tod entabla una preciosa amistad con el sabueso de la granja y juntos juegan en completa armonía, pero Amos Slade, el vecino de la viuda, teme por sus gallinas y quiere cazar a Tod a toda costa, disparándole en varias ocasiones y amenazando con matarlo al menor descuido de su dueña, entonces llega la escena que a todos nos hizo llorar cuando la vimos (yo la vi por primera vez cuando era niña, por allá en los 90) La viuda Tweed toma la difícil decisión de llevar a Tod al bosque para liberarlo, así que lo sube a su auto y conduce rumbo al bosque mientras recuerda los momentos más felices que ambos pasaron juntos (y esto es lo que hace que todas las lágrimas se vayan acumulando en nuestros ojos) porque para colmo Tod no tiene ni idea de lo que sucederá, entonces se detiene, la viuda baja del auto y le pide a Tod que se quede en su nuevo hogar, de verdad es una escena muy dura, verlo ahí, solito en medio del bosque, te hace pensar en lo indefenso que está, pero al mismo tiempo no puedes culpar a la viuda Tweed por abandonarlo ahí, porque sabes que realmente ella quiere protegerlo de las amenazas de Amos.