🎬 "24" (The Series) | REVIEW (ENG-ESP)
In Cuba, TV series fill a void. Cubans consume a lot of film, but when a series resonates, it becomes part of daily life—a topic for conversation in lines and at the dinner table. If we're talking about era-defining series, 24 is one of those productions that transcended the screen.
Access to global culture is limited, and TV shows occupy a unique space in people's lives. Cinema plays its role, but the consumption of a series creates a different bond. With their stories and characters, series provide an escape, a point of identification, and a source of discussion.
Watching a series in Cuba goes beyond entertainment—it becomes a social event. At least, that’s how it was a few years ago.
24, the American series, became a phenomenon—a unifying force. The tension and pacing of each episode, the race against time, and the complexity of the situations captured viewers' attention. The real-time format, divided into episodes, created an immersive experience that kept audiences on edge.
The series offered an escape from reality—a world of action in stark contrast to the slow-moving complexities of everyday bureaucracy.
Debates about the decisions of Jack Bauer, the protagonist, intertwined with discussions about ethical and political dilemmas. The series may have acted as a mirror reflecting certain societal tensions.
And these discussions about 24 weren’t just about the plot. Accessibility to episodes also became a talking point. The exchange of recordings, weekly media bundles, and the arrival of a new episode fostered a sense of community around the show.
On November 6, 2001, Fox premiered the first episode of 24, a show that revolutionized TV storytelling with its real-time structure. The series capitalized on post-9/11 paranoia, weaving narratives of conspiracies, betrayals, and an unconventional hero: Jack Bauer, played by Kiefer Sutherland.
Jack Bauer wasn’t your typical protagonist. He was a wounded man—a divorced father, an agent willing to break the rules. Each season was a race against time, where terrorism, corruption, and hidden agendas collided. The show thrived on fear, featuring villains, traitors, and attacks, but its success lay in humanizing Bauer—a man who tortured, lied, and sacrificed his morals, yet remained beloved because he always paid the price.
The formula was simple: split screens, tension, twists, and a ticking clock. In Cuba, 24 became an addiction. The script followed a real-time narrative, with each episode covering one uninterrupted hour of Jack Bauer’s life. Creators Joel Surnow and Robert Cochran developed a format that demanded precision—parallel plots and sudden turns kept the suspense alive. The dialogue, though criticized for its rawness, reinforced the realism of extreme situations, while cliffhangers at the end of each episode made watching an addictive experience.
The direction of 24, led by Jon Cassar and Brad Turner, adopted a frenetic visual style that blended cinematic action with TV techniques. The use of handheld cameras, split screens, and long takes created a sense of urgency. A cold color palette and the absence of music in key moments heightened the realism.
The success of 24 lay in the synergy between script and direction—the writing needed equally intense execution. While the script explored post-9/11 moral dilemmas and politics, the direction turned them into gripping visuals. This combination made the series a cultural hybrid. Today, its influence lives on in shows like Homeland and Money Heist, but none have replicated its formula.
The original run ended in 2010, with Bauer hunted by his own government.
The series remains a benchmark. Times like these remind us of Bauer’s hours—his mistakes, his gunfights, his loyalty—and the show’s ability to keep audiences glued to their seats.
If you’ve never seen it, you have episodes ahead. If you lived through it, maybe it’s time to revisit it. As Bauer would say: "I don’t have time, but trust me!"
In Cuba, 24 was more than a series—it was an escape, a debate, and for many, a lesson in surviving a world where the clock never stops.
We’re still living in that world.
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EN ESPAÑOL
🎬 "24" (la serie)|RESEÑA
En Cuba, las series llenan un vacío. El cubano consume bastante metraje cinematográfico, pero cuando una serie cala, se convierte en parte de la cotidianidad, en tema de cola y de sobremesa. Si hablamos de series que marcaron época, 24 es una de esas producciones que trascendió la pantalla.
El acceso a la cultura global está limitado, y las series ocupan un espacio en la vida. El cine juega un papel, pero el consumo de una serie crea un vínculo diferente. Las series, con sus historias y personajes, llenan un espacio, proporcionan un escape, un punto de identificación y una fuente de conversación.
Ver una serie en Cuba va más allá del entretenimiento; se convierte en un evento social. Al menos eso pasaba hace unos años.
24, la serie estadounidense, se convirtió en un fenómeno, un elemento unificador. La tensión y el ritmo de cada episodio, la lucha contra el tiempo y la complejidad de las situaciones, captaron la atención. El formato de 24 horas, dividido en episodios, creó una experiencia y mantuvo a los espectadores en suspenso.
La serie brindó un escape de la realidad, un mundo de acción, en contraste con la lentitud y las complejidades de la burocracia cotidiana.
Los debates sobre las decisiones de Jack Bauer, el protagonista, se entrelazaron con discusiones sobre dilemas éticos y políticos. La serie pudo haber actuado como un espejo de ciertas tensiones de la sociedad.
Y esas discusiones sobre 24 no solo se limitaban a la trama. La accesibilidad de los episodios también se convertía en tema. Los intercambios de grabaciones, las copias del paquete semanal y la llegada de un nuevo episodio creaban un sentido de comunidad alrededor de la serie.
El 6 de noviembre de 2001, Fox estrenó el primer episodio de 24, una historia que revolucionó la narrativa televisiva con su estructura en tiempo real. La serie aprovechó el clima de paranoia para tejer tramas con conspiraciones, traiciones y un héroe: Jack Bauer, interpretado por Kiefer Sutherland.
Jack Bauer no era el típico protagonista. Era un hombre herido, un padre divorciado, un agente dispuesto a romper reglas. Cada temporada era una carrera contrarreloj donde el terrorismo, la corrupción y las agendas oscuras se entrelazaban. La serie se alimentaba del miedo, con villanos, traidores y ataques, pero su logro fue humanizar a Bauer: un tipo que torturaba, mentía y sacrificaba su moral, pero al que el público amaba porque siempre pagaba el precio.
La fórmula era sencilla: multipantallas, tensión, giros y un reloj en marcha. En Cuba, la serie 24 se convirtió en un vicio. El guión planteó una narrativa en tiempo real, donde cada episodio cubría una hora ininterrumpida de la vida de Jack Bauer. Los jefes creativos Joel Surnow y Robert Cochran desarrollaron un formato que exigía una escritura precisa, con tramas paralelas y giros para mantener la tensión. Los diálogos, aunque criticados por su crudeza, reforzaban el realismo de situaciones límite, mientras que el suspense al final de cada capítulo convertían el consumo en una experiencia adictiva.
La dirección de 24, a cargo de Jon Cassar y Brad Turner, adoptó un estilo visual frenético que emulaba el cine de acción con técnicas televisivas. El uso de cámaras con planos secuencia y la multipantalla generaba una sensación de urgencia. La paleta de colores fríos y la ausencia de música en momentos clave acentuaban el realismo.
El éxito de 24 radicó en la relación entre guión y dirección: la escritura necesitaba una ejecución visual igualmente intensa. Mientras el guión exploraba dilemas morales y políticas post-11/S, la dirección los convertía en imágenes palpables. Esta combinación convirtió la serie en un producto cultural híbrido. Hoy, su influencia persiste en series como Homeland o Money Heist, pero ninguna ha replicado su fórmula.
El final original llegó en 2010, con Bauer perseguido por su gobierno.
La serie sigue siendo un referente. Tiempos como estos recuerdan las horas de Bauer, con sus errores, sus balazos y su lealtad, y la capacidad mantener al público pegado al asiento.
Si nunca la viste, tienes episodios por delante. Si la viviste, quizá sea hora de volverla a ver. Como diría Bauer: "No tengo tiempo, ¡pero confía en mí!".
En Cuba, 24 fue más que una serie: fue un escape, un debate y, para muchos, un curso de cómo sobrevivir en un mundo donde el reloj no se detiene.
En eso andamos todavía.
✍️ 𝐆𝐑𝐀𝐂𝐈𝐀𝐒 𝐏𝐎𝐑 𝐕𝐈𝐒𝐈𝐓𝐀𝐑 𝐄𝐒𝐓𝐀 𝐏𝐔𝐁𝐋𝐈𝐂𝐀𝐂𝐈Ó𝐍
↔️ © Contenido Original.
↔️ Imágenes capturas de pantalla realizadas con mi teléfono
↔️ Versión al inglés con Traductor de Google
Que maravilla poder contar con tu buen gusto al elegir estas series. Confieso que me encantaría verlas desde mi sofá.
Gracias por tu reseña 💜🤍
Tiene esa facultad esa serie. Se requiere algo cómodo pues no te levantarás durante mucho tiempo.
🌻
Pues no la he visto, pero con esta reseña tengo que caerle jjj. ¡Abrazotes!
No te arrepentirás.
Es de una intensidad arrolladora!!
Abrazotes!!!
Serie tan cautivadora como esta no la he visto jamás.
Recuerdo que uno no podía levantarse del asiento, siquiera a beber agua, porque se perdía algo importante.
¡Cuántos recuerdos has evocado!
¡Gracias por esta magistral reseña!
Así mismo era. Un suceso cultural y visual. Abrazos.
No la he visto, con lo que me gustan las series de buena factura. Intentaré un golpe de suerte con el banco donde grabo a ver si la tienen. Gracias por la reseña
Te gustará.
🌻
Deberías buscarla. Es magnífica. No exagero
No, no, si voy por ella, eso seguro jjj. Gracias
Tronco de serie! Marcó un antes y un después para las series de contrainteligencia y de seguridad nacional.
Gran idea, guión, actuaciones, etc
Así mismo es.
Después, pocas han llegado donde llegó cautivando al público.
Tus gustos en serie se asemejan mucho a los míos. O, al menos, coincidimos en haber visto las mismas series 🥰🥰
Tu reseña es abarcadora y precisa. 24 tiene una trama bien armada y un ritmo jadeante. Quien quiera pasar un buen rato disfrutando un thriller político a gran velocidad, pues ahí la tiene.
Exactamente del ritmo se trata.
Gracias mi hermano.
✍️
Al no tener hábito de "paquete de la semana" no conozco muchas de esta series. Agradezco que nos las muestres e ilumines.😘
This was a great movie series. There couldn't have been a better character for the role of Jack Bauer. What I loved most about the film was the suspense.