"Zombies 4: Dawn of the Vampires" - A Creative Vacuum That Disney Calls a Movie| "Zombis 4: El Amanecer de los Vampiros" - un Vacío Creativo que Disney Llama Película (ENG-ESP)

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Disney has decided, once again, to show us that the bottom of the barrel has even more depth. If the previous "Zombies" installments had already given us ample examples of originality bordering on nonexistent, this fourth installment, "Dawn of the Vampires," not only matches that mediocrity, but pulverizes it with an audacity that borders on insult.

This isn't cinema; it's a fast-consumption product, designed to be forgotten as soon as the next sequel or Disney+ series hits the screens.

The plot, if this jumble of ideas can even be called that, returns to the idyllic town of Seabrook. That place where the living dead and teenagers with textbook choreography seemingly coexist without major trauma!

The genius of the screenwriter (who, I suspect, sold his soul to the devil for a $10 contract) has decided that what the formula was missing was... vampires!

The reason?

Because yes, because someone thought that introducing a new faction of teenage monsters would give a spark to an already moribund franchise. The conflict, predictable to the point of nausea, is the same as always: "Oh no, the new guys don't accept us. Oh no, we have to join together to sing and dance!" Subtlety is a concept foreign to this universe; the message about acceptance is delivered with the delicacy of a sledgehammer.

And the characters...

Oh, the characters! Oh my God!

Meg Donnelly and Milo Manheim reprise their roles as if they'd been paid in movie coupons, but not for quality films.

Not at all!

Addison, the zombie cheerleader, has become a textbook Mary Sue: perfect, without internal conflicts, a kind of flat caricature of what could once have been an interesting character.

Zed, the zombie protagonist, is so bland that one wonders if he's more alive than the vampires who appear on screen.

And the new vampires...?

The height of ridiculousness. Teenagers with plastic fangs that shine as brightly as a disco ball, dialogue that would make a 2012 fan fiction writer blush, and a villain who is, wait for it, an "influencer vampire."

Seriously, Disney! Did you realize how absurd that sounds? Because I did.

The music, the supposed soul of the saga, has become the sound of a creative void. If some songs used to be catchy through sheer repetition, now they're downright unbearable.

The autotune is so prevalent that even the sighs seem digitally processed. The lyrics rhyme "heart" with "song," "love" with "pain," in an exercise in lyrical laziness that offends anyone who's ever heard a decent pop ballad.

And the main theme song... the anthem of a cult of vampire teenagers with too much free time and little critical insight.

As for the special effects, their lack is palpable. It seems that the budget for this installment was just enough for an episode of a low-grade children's show.

The vampires' fangs glow with an intensity that rivals Christmas lights, the "transformations" are reduced to meme-worthy Instagram filters, and the action scenes lack any tension, rivaling the excitement of an episode of "Dora the Explorer" watched by an adult.

And then there's the message, Disney's desperate attempt to sell us on the idea that everything is wonderful and that diversity is accepted, as long as you fit their mold of teenage perfection.

"Accept those who are different," they tell us, but only if they're good-looking, know how to dance, and have a Disney contract. Vampires are "misunderstood," but in reality, they're just teenagers with bad attitudes who think they're rebels.

Where are the scary monsters, the ones that posed moral dilemmas beyond a synchronized dance?

"Zombies 4: Dawn of the Vampires" isn't a movie, no; it's a product. Designed to sell merchandise, to keep a long-dead franchise alive, and perhaps to fill gaps in the Disney+ catalog.

If you're looking for a laugh, do it with this movie, but it's a bitter laugh, the kind that comes with a deep sense of disappointment. If you value your time and your brain cells, run in the other direction.

I'm giving it a 0.5 out of 10, and that half point generously goes to the vampire who sneezed in one scene.

At least that one seemed genuinely uncomfortable.

▶️ Translation: Google Translation

▶️ Images: Frames captured with my phone

"Zombis 4: El Amanecer de los Vampiros" - un Vacío Creativo que Disney Llama Película

Disney ha decidido, una vez más, demostrarnos que el fondo del barril tiene aún más profundidad. Si las entregas anteriores de "Zombis" ya nos habían dado sobradas muestras de una originalidad rayana en lo inexistente, esta cuarta entrega, "El Amanecer de los Vampiros", no solo iguala esa mediocridad, sino que la pulveriza con una audacia que roza el insulto.

Esto no es cine; es un producto de consumo rápido, diseñado para ser olvidado tan pronto como la siguiente secuela o serie de Disney+ irrumpa en las pantallas.

La trama, si es que a este desaliño de ideas se le puede llamar así, regresa al idílico pueblo de Seabrook. ¡Ese lugar donde aparentemente conviven sin mayores traumas muertos vivientes y adolescentes con coreografías de manual!

La genialidad del guionista (quien, sospecho, vendió su alma al diablo por un contrato de $10) ha decidido que lo que le faltaba a la fórmula era… ¡vampiros!

¿La razón?

Porque sí, porque a alguien se le ocurrió que meter una nueva facción de monstruos adolescentes le daría chispa a una franquicia ya moribunda. El conflicto, predecible hasta la náusea, es el mismo de siempre: "Oh, no, los nuevos no nos aceptan. ¡Oh, no, tenemos que unirnos para cantar y bailar!". La sutileza es un concepto ajeno a este universo; el mensaje sobre la aceptación se imparte con la delicadeza de un mazo de demolición.

Y los personajes…

¡Ay, los personajes! ¡Por Dios!

Meg Donnelly y Milo Manheim retoman sus roles como si les hubieran pagado en cupones de descuento para ir al cine, pero no para ver películas de calidad.

¡Nada de eso!

Addison, la porrista-zombie, se ha convertido en una Mary Sue de manual: perfecta, sin conflictos internos, una especie de caricatura plana de lo que alguna vez pudo ser un personaje interesante.

Zed, el zombie protagonista, es tan insípido que uno se pregunta si está más vivo que los propios vampiros que aparecen en pantalla.

¿Y los nuevos vampiros…?

La cumbre del ridículo. Adolescentes con colmillos de plástico que brillan tanto como una bola de discoteca, diálogos que harían sonrojar a un escritor de fanfics de 2012, y un villano que es, atención, un "vampiro influencer".

¡En serio, Disney! ¿Se dieron cuenta de lo absurdo que suena? Porque yo sí.

La música, esa supuesta alma de la saga, se ha convertido en el sonido del vacío creativo. Si antes alguna canción lograba ser pegadiza por pura fuerza de repetición, ahora son directamente insoportables.

El autotune está tan presente que parece que hasta los suspiros están procesados digitalmente. Las letras riman "corazón" con "canción", "amor" con "dolor", en un ejercicio de pereza lírica que ofende a cualquiera que haya escuchado una balada pop decente.

Y el tema principal… el himno de una secta de adolescentes vampíricos con demasiado tiempo libre y poca visión crítica.

En cuanto a los efectos especiales, la falta de ellos es palpable. Parece que el presupuesto de esta entrega alcanzó para lo justo y necesario para un episodio de un programa infantil de baja estofa.

Los colmillos de los vampiros brillan con una intensidad que rivaliza con las luces de Navidad, las "transformaciones" se reducen a filtros de Instagram dignos de un meme, y las escenas de acción carecen de cualquier tipo de tensión, rivalizando en emoción con un episodio de "Dora la Exploradora" visto por un adulto.

Y luego está el mensaje, ese intento desesperado de Disney por vendernos que todo es maravilloso y que la diversidad es aceptada, siempre y cuando encajes en su molde de perfección adolescente.

"Acepta a los diferentes", nos dicen, pero solo si son guapos, saben bailar y tienen un contrato con Disney. Los vampiros son "incomprendidos", pero en realidad son solo adolescentes con mala actitud que se creen rebeldes.

¿Dónde quedaron los monstruos que daban miedo, los que planteaban dilemas morales más allá de un baile sincronizado?

"Zombis 4: El Amanecer de los Vampiros" no es una película, no; es un producto. Diseñado para vender merchandising, para mantener viva una franquicia que murió hace tiempo y para, quizás, rellenar huecos en el catálogo de Disney+.

Si buscan reírse, háganlo con esta película, pero es una risa amarga, de las que vienen acompañadas de un profundo sentimiento de decepción. Si valoran su tiempo y sus neuronas, corran en dirección contraria.

Le doy un 0.5 sobre 10, y ese medio punto es, generosamente, para el vampiro que estornudó en una escena.

Al menos, ese sí pareció genuinamente incómodo.

▶️ Traducción: Google Translation

▶️ Imágenes: Fotogramas capturados con mi teléfono



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12 comments
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🤣🤣🤣🤣 genuinamente desaprobado jjjj. He reído con tu reseña y es que no puedo olvidar que eres además, escritor de guiones para policíacos. Supongo que de guiones. Muy bien, digo, excelente.

💜🤍🫂

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Bienvenida la sonrisa y la flor de la tarde!🌿✍️

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Lo que más he disfrutado de la saga ha sido tu reseña, por mi parte con la primera me fue suficiente. Aunque también probé una pequeña dosis de la segunda pero no logré aguantar hasta el final.

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Qué gentil eres!!
Gracias, Poeta. ✍️🌿

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Hermano estoy 100% de acuerdo contigo. Esta película es una enésima vez en que Disney nos evidencia que ya ni siquiera intenta disimular que su intención es sólo vender e intentar idiotizar al público.
Los vampiros influencers, la música con más autotune que talento, los personajes con menos profundidad que un charco… ¿En qué momento aprobaron este guión? ¿Fue en una junta donde sólo había ejecutivos viendo gráficas de mercadeo y cero gente con dos neuronas funcionales? 😂
Este es el lema que pretenden que digamos en el matutino:
"Acepta la diversidad… pero sólo si eres guapo, bailas bien y no cuestionas nada". ¡Vaya basura!
Disney debería contratarte para que les digas en la cara todo lo que hicieron mal (aunque dudo que les importe). ¡Un abrazo, Ned! Un abrazo, crack!

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Mira, que no te imaginaba viendo pelis de adolescentes y vampiros... pero si la recomiendas debe estar buena🙏🏻