Su argumento se enfoca en una familia disfuncional, compuesta por varios jóvenes con super poderes que fueron adoptados por un excéntrico millonario, el cual los educó a su manera para ser super héroes, pero que, debido a sus métodos de enseñanza y carácter inexpresivo, ocasionó en ellos resentimientos hacia él y entre sí mismos, por lo que al ellos convertirse en adultos, el grupo se desintegró y cada uno tomó un camino diferente. El primer capítulo nos muestra un vistazo del origen de esta agrupación y como tras la muerte de su padre adoptivo, los miembros de la academia se vuelven a encontrar luego de haber estado separados por largo tiempo. A partir de ese reencuentro, comienza a desarrollarse una trama que mescla conflictos familiares y sentimentales, con elementos de ciencia ficción, específicamente viajes en el tiempo, que revelan la futura ocurrencia de un evento que amenaza con destruir al planeta, por lo que se genera una gran intriga a la que conforme avanza la historia, se va descubriendo que la familia siempre ha estado ligada a esa amenaza y su propósito siempre ha sido salvar al mundo de su destrucción.

Si bien a simple vista puede parecer solo otra serie de super héroes común y corriente, su desarrollo resulta mucho más íntimo y su tono es bastante sobrio, no se muestran supervillanos monstruosos y batallas llenas de rayos de energía o personajes en vuelo destruyendo edificios, nada de eso; es cierto que existen algunas peleas y se hace uso en determinados momentos de superpoderes, que se expresan visualmente mediante efectos especiales, pero estos son mesurados y resultan hasta cierto punto originales por el modo en que son incorporados a la acción. Definitivamente The Umbrella Academy, tiene un estilo propio que la hace fresca, combina una historia no demasiado compleja, pero intrigante, con un tipo de comedia sutil, pero agradable y cónsona con los hechos y personalidades de sus personajes, así como ambiciones relativamente modestas, pero que finalmente terminan teniendo un impacto de escala global.