El día que empecé a verla vi la mitad de la temporada, los primeros 3 capítulos, porque cada capítulo era mejor que el anterior y terminaba de una manera tan intrigante que quieres continuar. Si no fuera porque comencé a las 9 pm y terminé a la 1 a. m., hubiese seguido sin parar.

El personaje del padre es muy intrigante porque durante todo el tiempo que aparece en pantalla no se le ve el rostro, sino al final en el capítulo 6 lo que causa confusión al espectador tratando de identificar a este sujeto entre los posibles sospechosos, fue muy divertido relacionarlo con los demás personajes, pero al final mi hipótesis estaba errada; este sujeto cada cierto tiempo llega a la casa que es un fuerte que construyo, completamente cerrado sin ventanas ni corrientes de aire natural, por un momento pensé que estaba bajo tierra y era subterráneo, elemento que destaca en la miniserie su ambiente, tuve una sensación de claustrofobia increíble. La esposa y los hijos recibían oxígeno de una planta eléctrica, que a veces fallaba.

Todo en la casa tenía que estar limpio, ordenado y ser perfecto, la madre e hijos tenían un estricto horario para todo, para comer, ir al baño, para dormir y hacer sus deberes y cuando llegaba el padre él revisaba los detalles y si se molestaba el castigo era físico y mental que la mayoría de las veces lo drenaba con la esposa, quien se muestra nerviosa y confundida debido a la presión que es sometida, cuando está sola con sus hijos es alegre y segura al llegar el esposo se vuelve torpe, su nerviosismo se debe no solo la dinámica de la casa sino a que está obligada a actuar como si fuera otra persona, cambiando de nombre y color de cabello, ya que ha sido secuestrada para asumir la personalidad de otra mujer.

Los niños parecían estar bien acostumbrados a su entorno. El varón era dulce e inocente, quería a su mamá. La niña era la mayor de los dos y, con un carácter fuerte y dominante, cambiaba de rol con su padre. El personaje de la niña se fue desarrollando en cada capítulo, me mantenía confundida y no sabía si era la víctima o el victimario.