No sabía de esta película hasta hace poco, lamentablemente no fue muy popular cuando se estrenó porque no fue un éxito en taquilla, sin embargo, estuvo en el buen ojo de la crítica, siendo participe de varias nominaciones. No sabía que Cillian Murphy había hecho una película donde interpretaba a una chica trans, cuando me enteré de esto, me moví en todos los senderos del internet hasta encontrar la película, no fue difícil en realidad.

La historia empieza de una manera muy particular, como si estuviéramos leyendo un libro, con una ambientación colorida que gradualmente va cambiando de tono. Ya a las primeras instancias, conoces los rasgos de la personalidad del personaje principal, poco a poco te encariñas con él o ella y sientes un gran vinculo.

Me gustó que la narrativa no se enfocara únicamente en que el protagonista solo era un chico trans y todo este contexto, sino en ocurrencias, el tierno enlace que había entre sus amigos de la infancia y la manera tan fantasiosa de como pasaban sus aventuras. La actuación de Cillian Murphy como Kitten es simplemente espectacular, con sus gestos y movimientos amanerados, tan creíbles y bien ejecutados, de verdad me sorprendió mucho, ya que siempre estoy acostumbrado de verlo en otro tipo de papeles muy contrarios a este, pero aquí se destacó demasiado bien. Este actor siempre sorprende con sus habilidades teatrales.

En cambio, Liam Neeson, solo era Liam Neeson, su actuación no fue muy destacable para mí, pero su personaje dentro de la película sí que fue muy importante, además ha sido uno de los papeles secundarios que más conmovió.

La película te muestra como era la Irlanda de los años 70, una época abatida por el terrorismo causado por el grupo IRA, un grupo opositor en contra del estado británico y que buscaba la soberanía de Irlanda, además de estar en conflicto con la Irlanda del Norte, ya que la consideraban parte de la supremacía del Reino Unido. En este largometraje, no solo veremos las consecuencias que provocó esta pugna; como la xenofobia hacia los irlandeses, por ejemplo, sino que también contemplaremos las dificultades que tienen las personas trans para poder persistir en la sociedad.

Me enamoré por completo de Kitten y su personalidad inquebrantable, a pesar de todas las desventuras que pasó, todavía seguía creyendo en la buena fe de las personas sobrellevando la vida con buen humor, sin importarle los estereotipos o lo que la gente pensara de ella. Empaticé mucho con su anhelo de querer encontrar a su verdadera madre, hasta que por fin pasó. Ese momento fue crucial para mí, quedé pasmado a la expectativa de lo que pasaría y, el final, no me lo esperaba, entendí porque fue así en bases a las circunstancias.