Reseña del film "Lo que queda del día" (1993) [ESP / ENG]

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Nota de la autora / Author's note: La siguiente reseña puede contener spoilers / The following review may contain spoilers. La traducción al inglés fue realizada con la ayuda de / The English translation was made with the help of Deepl Translator.


Fuente de la imagen: Wikipedia

Español

En la Inglaterra de la década de los 50's, Stevens prepara la mansión Darlington Hall para recibir al nuevo dueño, el congresista estadounidense retirado Jack Lewis, a quien el mayordomo conoció en la década de 1930 en una de las tantas cenas organizadas por lord Darlington, su antiguo patrón y a quien recuerda como alguien generoso, aunque muy ingenuo.

Basado en el libro homónimo del escritor anglojaponés Kazuo Ishiguro, Lo que queda del día es un film dirigido por James Ivory y protagonizado por una constelación estelar encabezada por Anthony Hopkins, Emma Thompson, Christopher Reeve y James Fox, el cual nos invitar a echarle un vistazo al mundo interior de las grandes casas aristocráticas a través de los ojos de la servidumbre, concretamente del señor Stevens (Anthony Hopkins) y la señora Kenton (Emma Thompson), dos personalidades opuestas y a la vez complementarias cuyo primer encuentro fue un tanto fortuito antes de transformarse en un amor no correspondido por ambas partes.

Debo decir que la química entre Hopkins y Thompson fue tan fenomenal como sus actuaciones; entre ambos sientes esa tensión, esa especie de lucha interna entre hacer caso a los sentimientos o hacerlos a un lado, entre el impulso y la contención... Entre ser humano y ser autómata. Stevens es un hombre que ha visto e interactuado con grandes personalidades de la política y la sociedad, conociendo todo tipo de pensamientos que éstas traen consigo; no obstante, casi nunca cuestiona las acciones de las personas que cree que son superiores a él en términos de clase social, aunque éstas fueran equivocadas. Kenton es el caso contrario: a pesar de las limitaciones de su trabajo como ama de llaves, suele cuestionar las acciones de otros que considera erróneos.

Esto lo podemos ver en la discusión entre Stevens y Kenton en relación con las dos jóvenes judías alemanas que habían sido contratadas para servir en Darlington Hall; al principio, lord Darlington no tenía ninguna queja respecto a las jóvenes y se mostraba complacido con el trabajo que ambos realizaban. No obstante, al ser expuesto a los sentimientos antisemitas imperantes en el ambiente, le pide a Stevens que las despidiera por el simple hecho de ser judías. A pesar de las débiles protestas de Stevens, éste acata la orden; Kenton, disgustada por la acción de su patrón, cuestiona la excusa de lord Darlington, pareciéndole absurdo.

La narrativa quizás sea lenta a veces, pero es interesante debido a su intrigante contenido; la transición entre las décadas de 1950 y 1930 a través de los flashbacks hace que el espectador tenga una idea de cómo se han desarrollado las cosas en un espacio que fue escenario de encuentros marcadamente políticos (como es el caso del encuentro entre el primer ministro y el embajador alemán), con un deje de filantropía ingenua carente de lo que el congresista Lewis bien llamó "la política de la realidad" o Realpolitik.

La escena entre Stevens y el ahijado de lord Darlington, Reginald Cardinal (interpretado por Hugh Grant) es el mejor ejemplo de lo que Lewis quiso decir en una de las cenas celebradas en la residencia. Mientras se lleva a cabo la reunión secreta entre el primer ministro y el embajador alemán, Cardinal le externa a Stevens una dura crítica sobre la ingenuidad de su tío en apoyar las políticas de apaciguamiento del primer ministro, consideradas un error político de alto costo desde su particular punto de vista. Las palabras de Cardinal, en cierto sentido, resultaron ser proféticas: Tras el término de la Segunda Guerra Mundial, Darlington fue juzgado y difamado por apoyar aquellas políticas, falleciendo en la soledad de su residencia meses después.

Si eres alguien que gusta de los filmes históricos ambientados en la época de Entreguerras (1918 - 1939), esta película sin duda es la ideal para ti.

English

In the 1950's England, Stevens prepares Darlington Hall mansion to receive its new owner, retired U.S. Congressman Jack Lewis, whom the butler met in the 1930s at one of the many dinners hosted by Lord Darlington, his former employer, and whom he remembers as generous, but very naive.

Based on the book of the same name by Anglo-Japanese writer Kazuo Ishiguro, The Remains of the Day is a film directed by James Ivory and starring a stellar constellation led by Anthony Hopkins, Emma Thompson, Christopher Reeve and James Fox, which invites us to take a look at the inner world of the great aristocratic houses through the eyes of the servants, specifically Mr. Stevens (Anthony Hopkins) and Mrs. Kenton (Emma Thompson), two opposing yet complementary personalities whose first meeting was somewhat fortuitous before turning into a love unrequited by both parties.

I must say that the chemistry between Hopkins and Thompson was as phenomenal as their performances; between the two of them you feel that tension, that sort of internal struggle between heeding feelings or pushing them aside, between impulse and restraint.... Between being human and being an automaton. Stevens is a man who has seen and interacted with great personalities in politics and society, knowing all kinds of thoughts they bring with them; however, he almost never questions the actions of people he believes are superior to him in terms of social class, even if they were wrong. Kenton is the opposite case: despite the limitations of her job as a housekeeper, she often questions the actions of others she considers wrong.

We can see this in the discussion between Stevens and Kenton regarding the two young German Jewish girls who had been hired to serve at Darlington Hall; at first, Lord Darlington had no complaints about the girls and was pleased with the work they were both doing. However, upon being exposed to the prevailing anti-Semitic sentiments in the environment, he asks Stevens to dismiss them simply because they are Jewish. Despite Stevens' feeble protests, he complies; Kenton, disgusted by her employer's action, questions Lord Darlington's excuse, finding it absurd.

The narrative is maybe slow sometimes, but it's interesting due to its intriguing content; the transition between the 1950s and 1930s through flashbacks gives the viewer a sense of how things have unfolded in a space that was the scene of markedly political encounters (as is the case with the meeting between the Prime Minister and the German ambassador), with a hint of naïve philanthropy devoid of what Congressman Lewis aptly called "the politics of reality" or Realpolitik.

The scene between Stevens and Lord Darlington's godson, Reginald Cardinal (played by Hugh Grant) is the best example of what Lewis meant at one of the dinners held at the residence. While the secret meeting between the Prime Minister and the German ambassador is taking place, Cardinal outwardly delivers a harsh criticism to Stevens about his uncle's naiveté in supporting the prime minister's appeasement policies, considered a high-cost political mistake from his particular point of view. Cardinal's words, in a sense, turned out to be prophetic: After the end of World War II, Darlington was tried and defamed for supporting those policies, dying in the solitude of his residence months later.

If you are someone who likes historical films set in the Interwar period (1918 - 1939), this film is definitely the one for you.



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