MOVIE REVIEW: “Dumb Money” (2023)

Synopsis: Keith Gill is a young man who believes a lot in financial investments, and that's why he decides to bet all his money on a dangerous move: buying shares in a company that doesn't seem to have much profitability within the market, but that will surprise everyone.

Bringing issues related to the financial market through cinematographic representations is always a relatively complicated task because it is necessary to create very didactic approaches and languages so that the public can connect (or at least create a minimum of empathy not only for the story being told, but also because of what happens to its characters), and then dive into the movie. This is precisely the case with this project, which is based on the epic battle that took place between small investors in GameStop vs. Melvin Capital.

One of the things that happens most in the financial market is the lack of credibility regarding some types of investments, but at times, unlikely situations end up happening, and this is the case of GameStop, which before becoming a bombastic name within the universe of investors, was basically a retail company specializing in the sale of video games. However, after a true cyber revolution focused on fluctuations in values related to the purchase of devalued shares, Wall Street suffered a major blow.

Based in Dallas (United States) and founded in 1984, after achieving an astronomical appreciation after a group of small investors began to buy its shares, GameStop created a real polarization among many types of investors. Through a well-designed movement by small investors on a forum called WallStreetBets (located on Reddit), some of the big bosses on Wall Street felt their pockets weighing down with high losses. When the poor are making money and the rich are losing, it is always quite a satisfying thing to see.

The script presents this entire plot in a very fun way, always creating elements that encourage situations very similar to a reality experienced by millions of investors who are spread around the world (ordinary people, with ordinary jobs and who are looking for a better life), and by choosing to weave this type of narrative, the writers created a very interesting scenario to follow (where you literally root for the victory of the good guys and the defeat of the villains), also betting on the insertion of memes that became a rage years ago.

The losses of the companies that fought valiantly to sabotage GameStop amounted to billions. Worldwide, investment funds were destroyed, and they had to close their doors, showing that those at the top do not always emerge victorious. The way this script articulates this entire plot is almost always full of references to our reality, and even if there are fictional elements in its development, there is a prevalence of truth and the urgency of the facts presented (which ends up resulting in scenes where it is possible feel tension in situations).

Using just a single character as the guiding thread of the entire plot, the movie connects all the supporting characters in a technological network that ends up converging with the protagonist's world (who is the true leader of everything). Paul Dano is very good as a young investor determined to “break” a part of the financial market and give more autonomy and real chances of profits to the poorest investors. A very fun performance. As for the supporting cast, the screen time is very fragmented and the performances are very average.

Although the script does not delve as much into the development of the story in a more technical sense (a decision that I personally found very assertive in making the project something more niche than it actually is... after all, it is a movie based on a story more familiar to those who follow the financial market), it is very good to see that director Craig Gillespie did not deprive himself of trying to maintain the essence of the plot amidst the authenticity of his vision regarding the central point of events. The elements are there, but without complex language methodologies.

Dumb Money is the type of movie that manages to transform a possibly “boring” plot into something full of cunning, its own identity and with very assertive comic touches. Technically it is a weak project (and it even has some edits of scenes with very questionable qualities), but it still manages to overcome this “flaw” by investing in a very intelligent level of structural narrative, which ends up functioning as its main attraction, showing that it is not necessary to invest billions of dollars to create projects with very consistent quality.

Sinopsis: Keith Gill es un joven que cree mucho en las inversiones financieras, y por eso decide apostar todo su dinero en una jugada peligrosa: comprar acciones de una empresa que no parece tener mucha rentabilidad en el mercado, pero eso sorprenderá a todos.

Acercar temas relacionados con el mercado financiero a través de representaciones cinematográficas es siempre una tarea relativamente complicada porque es necesario crear enfoques y lenguajes muy didácticos para que el público pueda conectar (o al menos crear un mínimo de empatía no sólo por la historia que se está narrando). contado, pero también por lo que les sucede a sus personajes), para luego sumergirnos en la película. Este es precisamente el caso de este proyecto, que se basa en la batalla épica que tuvo lugar entre pequeños inversores en GameStop vs. Melvin Capital.

Una de las cosas que más pasa en el mercado financiero es la falta de credibilidad respecto a algunos tipos de inversiones, pero en ocasiones terminan sucediendo situaciones inverosímiles, y este es el caso de GameStop, que antes de convertirse en un nombre rimbombante dentro del universo de inversores, era básicamente una empresa minorista especializada en la venta de videojuegos. Sin embargo, tras una auténtica revolución cibernética centrada en las fluctuaciones de valores relacionadas con la compra de acciones devaluadas, Wall Street sufrió un duro golpe.

Con sede en Dallas (Estados Unidos) y fundada en 1984, tras alcanzar una revalorización astronómica después de que un grupo de pequeños inversores comenzara a comprar sus acciones, GameStop creó una auténtica polarización entre muchos tipos de inversores. A través de un movimiento bien diseñado por parte de pequeños inversores en un foro llamado WallStreetBets (ubicado en Reddit), algunos de los grandes jefes de Wall Street sintieron que sus bolsillos estaban abrumados por altas pérdidas. Cuando los pobres ganan dinero y los ricos pierden, siempre es muy satisfactorio verlo.

El guion presenta toda esta trama de una forma muy divertida, creando siempre elementos que propicien situaciones muy similares a una realidad que viven millones de inversores que están repartidos por todo el mundo (gente corriente, con trabajos corrientes y que buscan una vida mejor), y al optar por tejer este tipo de narrativa, los escritores crearon un escenario muy interesante a seguir (donde literalmente se apoya la victoria de los buenos y la derrota de los villanos), apostando también por la inserción de memes que se convirtieron en un rabia hace años.

Las pérdidas de las empresas que lucharon valientemente para sabotear GameStop ascendieron a miles de millones. En todo el mundo, los fondos de inversión fueron destruidos y tuvieron que cerrar sus puertas, demostrando que los que están arriba no siempre salen victoriosos. La forma en que este guión articula toda esta trama está casi siempre llena de referencias a nuestra realidad, y aunque en su desarrollo hay elementos ficticios, prevalece la verdad y la urgencia de los hechos presentados (lo que acaba derivando en escenas donde es posible sentir tensión en las situaciones).

Utilizando un solo personaje como hilo conductor de toda la trama, la película conecta a todos los personajes secundarios en una red tecnológica que termina convergiendo con el mundo del protagonista (que es el verdadero líder de todo). Paul Dano es muy bueno como joven inversor decidido a “romper” una parte del mercado financiero y dar más autonomía y posibilidades reales de beneficios a los inversores más pobres. Una actuación muy divertida. En cuanto al reparto secundario, el tiempo en pantalla está muy fragmentado y las actuaciones son muy normales.

Aunque el guión no profundiza tanto en el desarrollo de la historia en un sentido más técnico (una decisión que personalmente me pareció muy asertiva al hacer del proyecto algo más nicho de lo que realmente es... al fin y al cabo, es una película basada sobre una historia más familiar para quienes siguen el mercado financiero), es muy bueno comprobar que el director Craig Gillespie no se priva de intentar mantener la esencia de la trama en medio de la autenticidad de su visión sobre el punto central de los acontecimientos. Los elementos están ahí, pero sin metodologías lingüísticas complejas.

Golpe a Wall Street es el tipo de película que consigue transformar una trama posiblemente “aburrida” en algo lleno de astucia, identidad propia y con toques cómicos muy asertivos. Técnicamente es un proyecto débil (e incluso tiene algunos montajes de escenas con cualidades muy cuestionables), pero aún así logra superar este “defecto” invirtiendo en un nivel muy inteligente de narrativa estructural, que termina funcionando como su principal atractivo, lo que demuestra que no es necesario invertir miles de millones de dólares para crear proyectos con una calidad muy constante.

Sinopse: Keith Gill é um jovem que acredita muito em investimentos financeiros, e por isso, decide apostar todo o seu dinheiro em uma jogada perigosa: comprar ações de uma empresa que aparente não tem tanta rentabilidade dentro do mercado, mas que irá surpreender a todos.

Trazer assuntos relacionados ao mercado financeiro através das representações cinematográficas é sempre uma tarefa relativamente complicada porque é preciso criar abordagens e linguagens bem didáticas para que o público consiga se conectar (ou ao menos criar o mínimo de empatia não apenas pela estória que está sendo contada, mas também pelo que acontece com os seus personagens), e posteriormente mergulhar dentro do filme. Este é justamente o caso deste projeto, que é baseado na batalha épica que aconteceu entre pequenos investidores da GameStop vs. a Melvin Capital.

Uma das coisas que mais acontece no mercado financeiro é a falta de credibilidade sobre alguns tipos de investimentos, mas em alguns momentos, situações improváveis acabam acontecendo, e este é o caso da GameStop, que antes de se tornar um nome bombástico dentro do universo dos investidores, era basicamente uma empresa varejista especializa na comercialização de jogos para vídeo games. No entanto, depois que acontece uma verdadeira revolução cibernética focada nas oscilações dos valores relacionados as compras de ações desvalorizadas, Wall Street sofre um grande golpe.

Sediada em Dallas (Estados Unidos) e fundada 1984, após conseguir uma valorização astronômica depois que um grupo de pequenos investidores começou a comprar suas ações, a GameStop criou uma verdadeira polarização entre muitos tipos de investidores. Através de um movimento bem arquitetado por pequenos investidores em um fórum chamado WallStreetBets (alocado no Reddit), alguns dos grandes chefões de Wall Street sentiram o bolso pesar com altas perdas. Quando os pobres estão ganhando dinheiro e os ricos estão perdendo, é sempre algo bastante satisfatório de ser visto.

O roteiro traz toda esta trama de uma maneira muito divertida, sempre criando elementos que fomentam situações muito semelhantes à uma realidade vivenciada por milhões de investidores que estão espalhados pelo mundo (pessoas comuns, com empregos comuns e que buscam por uma vida melhor), e ao escolher costurar esse tipo de narrativa, os roteiristas criaram um cenário muito interessante de ser acompanhado (onde você literalmente torce pela vitória dos mocinhos e pela derrota dos vilões), apostando também na inserção de memes que se tornaram uma febre anos atrás.

As perdas das empresas que lutaram bravamente para sabotar a GameStop resultaram em bilhões. Mundialmente, os fundos de investimentos foram destruídos, e elas tiveram que fechar as suas portas, mostrando que nem sempre quem está no topo sai vitorioso. O modo como este roteiro articula todo esse enredo é quase sempre cheio de referências à nossa realidade, e mesmo que hajam elementos fictícios no seu desenvolvimento, há uma prevalência pela verdade e pelas urgências dos fatos apresentados (o que acaba resultado em cenas onde é possível sentir à tensão nas situações).

Usando apenas um único personagem como fio condutor de toda à trama, o filme vai conectado todos os personagens coadjuvantes em uma rede tecnológica que acaba convergindo com o mundo do protagonista (que é o verdadeiro líder de tudo). Paul Dano está muito bem na pele de um jovem investidor determinado a “quebrar” uma parte do mercado financeiro e dar mais autonomia e chances reais de lucros para os investidores mais pobres. Uma performance muito divertida. Quanto ao elenco coadjuvante, o tempo de tela é muito fragmentado e as performances são bem medianas.

Apesar do roteiro não se aprofundar tanto no desenvolvimento da estória no sentido mais técnico (uma decisão que eu particularmente achei muito assertiva para tornar o projeto em algo mais nichado do que ele realmente já é... afinal, é um filme baseado em uma história mais familiar para quem acompanha o mercado financeiro), é muito bom ver que o diretor Craig Gillespie não se privou de tentar manter à essência da trama em meio a autenticidade da sua visão com relação ao ponto central dos acontecimentos. Os elementos estão lá, mas sem metodologias de linguagens complexas.

Dinheiro Fácil é aquele tipo de filme que consegue transformar uma trama possivelmente “entediante”, em algo repleto de astúcia, de identidade própria e com toques cômicos muito assertivos. Tecnicamente é um projeto fraco (e até tem algumas edições de cenas com qualidades bem questionáveis), mas que ainda sim, consegue superar esta “falha” ao apostar em um nível de narrativa estrutural muito inteligente, e que acaba funcionando como o seu principal atrativo, mostrando que não é preciso investir as quantias bilionárias para criar projetos com uma qualidade muito consistente.