MOVIE REVIEW: “KPop Demon Hunters” (2025)

Synopsis: A world-famous K-Pop group, made up of three girls, must balance their lives under the bright spotlight of music industry success with their secret identities as demon hunters.

For many, many years, Disney has been the undisputed ruler of animated movies worldwide. However, nothing the studio has done (especially in recent years) has managed to positively impact its legacy (which remains intact on the most solid foundations in cinematic history when it comes to this type of project). Sometimes I wonder where this studio went astray, and while I don't have a definitive answer, I'm certain that projects like this movie can shed light on this pertinent question. If there's one thing that can be seen here, it's how this theme has soul, bringing deeply inspiring values.

Here's another movie produced by Sony Pictures Animation that has proven to be a project of immense magnitude (not only within the movie industry itself, but also in the world of music, as it has an intrinsic connection to the theme and makes it the central axis of the entire narrative) and also of unquestionable technical quality (which I'll discuss in more detail later). Featuring a light, relatively original, genuinely entertaining, modern script and sometimes, standing out for its unexpected, above-average emotional charge. This movie is undeniably praised because its quality is evident. Without a doubt, this is already one of the best animated movies I've seen this year.

The plot features three protagonists: Rumi, Mira, and Zoey. Although the entire essence of the plot revolves around Rumi (as she carries the narrative's most dramatic and conflicting weight), Mira and Zoey are fundamental to the cathartic event that builds (albeit with its ups and downs) throughout the project's development. They juggle the fame of being a globally renowned K-pop group (HUNTRIX) while simultaneously feeling the pressure of their roles as demon hunters. Amidst all this dichotomy, finding the right balance is never easy. The plot strives to deliver something beyond the trivial, even if it relies on sillier or shallower moments.

What could have been just another generic animated movie, but with a polished production, ended up being simply one of the best cinematic surprises of the year (at least for me, who went into this movie without high expectations and was pleasantly surprised by what I saw). The way the script brings interesting real-world issues into the fantasy universe where the plot takes place (a blend of realities from different worlds) is clever and consistent with the movie's premise, thus creating a kind of unique identity. In these terms, creating an animated movie is quite difficult, because it requires much more than a captivating script.

It's been a while since I've seen an animated movie with such personality (and you can be sure... this script delivers that with an almost "brutal" dose of uniqueness and honesty). The project never tries to be more entertaining than it can be, but unfortunately, it ends up failing in its recurrent insistence on expanding its narrative within a standard running time, which is reduced to 85 minutes. Time here becomes a problem because the plot has different threads, and not all of them end up receiving the same treatment (which is a shame, because the characters have interesting dramatic backgrounds that deserve to be better explored).

There's a constant battle between good and evil, with music playing a key role in maintaining the balance of all the dilemmas woven into the plot. Early on in the movie, there's a very didactic explanation of how the rest of the plot will unfold... But believe me, the way the plot deepens will certainly captivate you (even if the script hasn't yet delved as deeply as it should have), because its ideas are so authentic. I really wasn't expecting to see an animation that managed to "impose" itself as a complex adventure (which it is, if you pay close attention to the movie's message beyond its visuals and music).

Technically, the project is an undeniable success. From its well-defined lines (bringing greater fidelity to the characters... who, by the way, have completely opposite - yet complementary - identities and are voiced by a very charismatic cast) to its vibrant color palette, the movie embraces its distinctive style. Musically speaking, this is its strongest point, as the songs are very well written and have an incredibly sharp production, making the soundtrack incredibly addictive. There's not a single bad song in the plot, and the best part is that they all have a clear purpose within the narrative, being used very well at the right moments.

The only "sin" of KPop Demon Hunters is its frenetic pace. While it favors moments of vivid action (such as the highly creative moves that create a dynamic physical combat that feels more like a dance routine with nitroglycerin-based choreography), this decision ultimately undermines the development of the characters themselves (whose deeper, but still present, relationship is somewhat sidelined), as well as the buildup and denouement in the third act. Regardless, the work done by directors Chris Appelhans and Maggie Kang deserves much recognition for this daring journey of self-discovery.

Sinopsis: Un grupo de K-Pop de fama mundial, compuesto por tres chicas, debe compaginar sus vidas bajo el brillante éxito de la industria musical con sus identidades secretas como cazadoras de demonios.

Durante muchísimos años, Disney ha sido el rey indiscutible del cine de animación a nivel mundial. Sin embargo, nada de lo que ha hecho el estudio (especialmente en los últimos años) ha logrado impactar positivamente su legado (que se mantiene intacto sobre los cimientos más sólidos de la historia del cine en lo que respecta a este tipo de proyectos). A veces me pregunto dónde se equivocó este estudio, y aunque no tengo una respuesta definitiva, estoy seguro de que proyectos como esta película pueden arrojar luz sobre esta pertinente pregunta. Si algo se puede apreciar aquí, es cómo este tema tiene alma, aportando valores profundamente inspiradores.

Aquí tenemos otra película producida por Sony Pictures Animation que ha demostrado ser un proyecto de enorme magnitud (no solo dentro de la industria cinematográfica, sino también en el mundo de la música, ya que tiene una conexión intrínseca con el tema y lo convierte en el eje central de toda la narrativa) y también de una calidad técnica incuestionable (que analizaré con más detalle más adelante). Presenta un guion ligero, relativamente original, genuinamente entretenido y moderno y a veces, se destaca por su inesperada y superior carga emocional. Esta película es innegablemente elogiada porque su calidad es evidente. Sin duda, ya es una de las mejores películas de animación que he visto este año.

La trama presenta a tres protagonistas: Rumi, Mira y Zoey. Aunque toda la esencia de la trama gira en torno a Rumi (ya que ella carga con el peso más dramático y conflictivo de la narrativa), Mira y Zoey son fundamentales para el evento catártico que se construye (con altibajos) a lo largo del desarrollo del proyecto. Lidian con la fama de ser un grupo de K-pop (HUNTRIX) de renombre mundial y, al mismo tiempo, con la presión de sus roles como cazadoras de demonios. En medio de esta dicotomía, encontrar el equilibrio perfecto nunca es fácil. La trama se esfuerza por ofrecer algo más allá de lo trivial, incluso si se basa en momentos más tontos o superficiales.

Lo que podría haber sido simplemente otra película de animación genérica, pero con una producción impecable, terminó siendo simplemente una de las mejores sorpresas cinematográficas del año (al menos para mí, que la vi sin grandes expectativas y me sorprendió gratamente). La forma en que el guion introduce interesantes problemas del mundo real en el universo fantástico donde se desarrolla la trama (una mezcla de realidades de diferentes mundos) es ingeniosa y coherente con la premisa de la película, creando así una especie de identidad única. En este sentido, crear una película de animación es bastante difícil, ya que requiere mucho más que un guion cautivador.

Hacía tiempo que no veía una película de animación con tanta personalidad (y pueden estar seguros: este guion la transmite con una dosis casi brutal de singularidad y honestidad). El proyecto nunca intenta ser más entretenido de lo que puede, pero lamentablemente fracasa en su constante insistencia en expandir su narrativa dentro de una duración estándar, que se reduce a 85 minutos. El tiempo se convierte en un problema porque la trama tiene diferentes hilos, y no todos reciben el mismo tratamiento (lo cual es una pena, ya que los personajes tienen trasfondos dramáticos interesantes que merecen ser explorados con más detalle).

Hay una batalla constante entre el bien y el mal, y la música juega un papel clave para mantener el equilibrio de todos los dilemas que se entretejen en la trama. Al principio de la película, hay una explicación muy didáctica de cómo se desarrollará el resto de la trama... Pero créanme, la forma en que la trama se profundiza sin duda los cautivará (aunque el guion aún no haya profundizado tanto como debería), porque sus ideas son muy auténticas. Realmente no esperaba ver una animación que lograra imponerse como una aventura compleja (que lo es, si prestan atención al mensaje de la película más allá de sus imágenes y música).

Técnicamente, el proyecto es un éxito innegable. Desde sus diálogos bien definidos (que aportan mayor fidelidad a los personajes... quienes, por cierto, tienen identidades completamente opuestas - pero complementarias - y cuentan con las voces de un elenco muy carismático) hasta su vibrante paleta de colores, la película se distingue por su estilo distintivo. Musicalmente, este es su punto fuerte, ya que las canciones están muy bien escritas y tienen una producción increíblemente precisa, lo que hace que la banda sonora sea increíblemente adictiva. No hay ni una sola canción mala en la trama, y lo mejor es que todas tienen un propósito claro dentro de la narrativa, y se utilizan muy bien en los momentos oportunos.

El único "pecado" de Las guerreras k-pop es su ritmo frenético. Si bien favorece momentos de acción intensa (como los movimientos altamente creativos que crean un combate físico dinámico que se asemeja más a una rutina de baile con coreografía a base de nitroglicerina), esta decisión, en última instancia, perjudica el desarrollo de los personajes (cuya relación más profunda, pero aún presente, queda algo relegada), así como el desarrollo y el desenlace del tercer acto. En cualquier caso, el trabajo de los directores Chris Appelhans y Maggie Kang merece un gran reconocimiento por este audaz viaje de autodescubrimiento.

Sinopse: Um grupo de K-Pop mundialmente famoso, formado por três garotas, tem que equilibrar as suas vidas sob os reluzentes holofotes do sucesso na indústria da música as com suas identidades secretas como caçadoras de demônios.

Por muitos e muitos anos a Disney foi uma detentora absoluta dos filmes de animação mundo à fora. No entanto, nada do que esse estúdio anda fazendo (especialmente nos últimos anos), tem conseguido trazer um impacto mais positivo para seu legado (que permanece intacto nas bases mais sólidas da história do cinema quando falamos sobre esse tipo de projeto). Em alguns momentos em me pergunto aonde este estúdio se perdeu, e apesar de eu não ter uma resposta definitiva sobre isso, eu tenho certeza que são projetos como este filme que podem esclarecer essa dúvida pertinente, porque se tem uma coisa que pode ser vista aqui é como essa temática tem alma, trazendo valores muito inspiradores.

Eis aqui mais um filme produzido Sony Pictures Animation que se mostrou como um projeto de uma magnitude extensa (não apenas dentro do cinema em si, mas também no mundo da música, por ter uma relação intrínseca com o tema e fazer dele o eixo central de toda à narrativa) e também, de uma qualidade técnica inquestionável (que eu vou comentar melhor mais à frente). Trazendo um roteiro leve, relativamente original, genuinamente divertido, moderno e em alguns momentos, se destacando por ter uma carga emocional inesperada, acima da média. Não faltam elogios para este filme, porque a qualidade do mesmo é evidente. Sem dúvidas, essa já é uma das melhores animações que eu assisti este ano.

Na trama, temos três protagonistas: Rumi, Mira e Zoey. Embora toda a essência da trama gire em torno de Rumi (por ela carregar o peso dramático e mais conflituoso da narrativa), Mira e Zoey são peças fundamentais para fazer o evento catártico que vai sendo construído (ainda que com altos e baixos) ao longo do desenvolvimento do projeto. Elas lidam com à fama de serem um grupo de K-Pop (HUNTRIX) mundialmente conhecido ao mesmo tempo em que são pressionadas pelas suas funções como caçadoras de demônios. No meio de toda à dicotomia, encontrar o balanço ideal nunca é algo fácil. A trama tentar entregar ao público algo que vai além do trivial, mesmo que aposte em momentos mais bobos ou rasos.

O que poderia ter sido apenas mais um filme de animação genérico, mas com uma produção caprichada, acabou sendo simplesmente uma das melhores surpresas cinematográficas deste ano (ao menos para mim, que fui assistir esse filme sem grandes expectativas e fiquei positivamente surpreso com o que eu assisti). O modo como o roteiro traz questões interessantes do mundo real para dentro do universo fantasioso onde à trama acontece (uma mistura entre realidades de mundos distintos) é inteligente e coerente com a proposta do filme, criando assim uma espécie de identidade única. Nesses termos, criar um filme de animação é algo bastante difícil, porque exige muito mais do que um roteiro cativante.

Já fazia um bom tempo que eu não assistia a um filme de animação com tamanha personalidade (e pode ter certeza... este roteiro traz isso com uma carga quase “brutal” de singularidade e honestidade). O projeto nunca tenta ser maior do que ele realmente consegue ser em termos de diversão, mas infelizmente, acaba pecando na recorrente insistência em expandir à sua narrativa tendo um tempo de projeção padrão, que é reduzido a 85 minutos. O tempo aqui se torna um problema porque à trama tem diferentes segmentos, e nem todos eles acabam recebendo um mesmo tratamento (o que é uma pena, porque os personagens tem cargas dramáticas interessantes que mereciam ser melhor exploradas).

Há uma batalha constante entre o bem e o mal, usando à música como um elemento que mantém o equilíbrio de todos os dilemas inseridos na trama. Logo no início do filme há uma explicação muito didática sobre como o restante da ideia vai se desenvolver... Mas acredita, o modo como à trama vai se aprofundando, certamente vai te cativar muito (mesmo que o roteiro ainda não tenha cavado tão fundo como deveria ter feito), porque há muito autenticidade nas suas ideias. Eu realmente não estava esperando assistir uma animação que conseguisse se “impor” como uma aventura complexa (o que de fato ela é, se você prestar bem atenção na mensagem do filme para além do seu aspecto visual e da música).

Tecnicamente, o projeto é um sucesso indiscutível. Desde seus traços muito bem delineados (trazendo mais fidelidade para os personagens... que aliás, tem identidades totalmente opostas - mas ao mesmo tempo, complementares - e são dublados por um elenco muito carismático) até uma paleta de cores bem vibrantes, o filme vai “abraçando” o seu estilo marcante. Musicalmente falando, essa é a parte mais forte aqui, porque as músicas são muito bem escritas e tem uma produção estupidamente afiada, fazendo da parte sonora algo muito viciante. Não há nenhuma música ruim na trama, e o melhor é que todas elas têm o propósito claro dentro da narrativa, sendo muito bem usadas nos momentos certos.

O único “pecado” de Guerreiras do K-Pop é o seu ritmo frenético, porque mesmo favorecendo momentos de ação bem latentes (como os movimentos altamente criativos, e que garantem a dinâmica de combate físico que mais parece uma dança com coreografias à base de nitroglicerina), essa é uma decisão que acabou prejudicando o desenvolvimento dos personagens em si (que acabaram tendo à sua relação mais profunda deixada um pouco de lado, mas ainda existente), bem como a construção e o desfecho no terceiro ato. De qualquer maneira, o trabalho feito pela dupla Chris Appelhans e Maggie Kang nas cadeiras de direção merece muito reconhecimento por essa ousada jornada de autoconhecimento.