MOVIE REVIEW: “Pictures of Ghosts” (2023)

Synopsis: Using valuable archival images, photographs and moving footage, this very intimate documentary is set on the streets of downtown Recife and portrays, among other stories, the disappearance of movie theaters over the decades

Just like any other sector that moves an entire society and helps to “dictate” part of its trends over time, the movie industry also lives in cycles. Some of them bring melancholic feelings, if observed with a more sensitive eye, while others, bring feelings that evoke an atmosphere with the essences of a future that naturally frightens people due to its unpredictability. In the case of this movie, which is a documentary, the script “orbits” about the presence and absence of the famous street cinemas in the center of Recife.

There is no frequent timeline in the subjects that are covered here (the comings and goings to talk about everything that happens are constant, and it is necessary to pay attention to the periods to better understand everything that is happening), but the fact that the movie is divided into three chapters helps guide the script. In the first chapter, the plot focuses on showing some of the most personal aspects of a future filmmaker. In the second chapter, the project is more immersive in relation to its main context (street cinemas). In the third chapter, a “theatrical” and dramatic climax.

Exploring each chapter better, I can say that in the first act the public can learn a little more about what street cinemas were like in the city center of Recife and their weight in relation to the influence they had when they were seen as “tools”. of social transformation and creators of behavioral trends that reflected the interests of a society. An obvious example of this is how almost the entire first act focuses on showing the audience the awakening of a filmmaker who is taking his first steps into his “unknown” profession.

In the second act (which is by far the most interesting of the entire documentary and if you really love cinema like I do, you will be fascinated by everything that is shown on screen), the entire weight of the narrative falls quite intelligently on the cinemas of street that were spread across the center of a large capital in northeastern Brazil (in this case, Recife). From the moment of their pompous inaugurations to their fateful closures (involving political aspects and interests), also portraying the physical transformations of some of these buildings over the years.

While in the third act, there is a more focused look at a kind of “social reform”, putting street cinema aside in favor of religion, more precisely speaking, when some of the most important cinemas in the state were purchased and transformed into churches. At this point, it is important to mention that there is a very interesting analogy about temples, and how movie theaters and churches could be seen as places of contemplation. In this same act, there is a very good conclusion to the project, which brings a metaphorical conclusion to each subject.

Kleber Mendonça Filho (who wrote the script and also directed this project with a very careful eye full of sentimentality and social criticism) explores many things from his own past, and between the past and the present, he brings a movie that offers the public a true immersion into the history of street cinema in the center of Recife. Despite being a short documentary, it is very punctual and precise in everything that needs to be told and does so with a very assertive nostalgic touch. At the same time, it evokes an excellent debate that targets politics and religion.

Technically, there is nothing innovative here. However, the editing of scenes and editing are aspects that need to be deservedly recognized. Even in its less interesting moments (which is when the filmmaker focuses too much on his own story, bringing a somewhat “selfish” atmosphere to the project in general, and forgets what really needs to be told), everything is very intuitive, converging to create some great transition scenes (especially those involving movie theater curtains) among eras.

Pictures of Ghosts makes it very clear how people are able to give life to the places they frequent, turning these previously inanimate spaces into spaces with lives of their own (and anyone who is from the city of Recife or has already visited this place will be able to have an even better experience watching this documentary). Almost everything that is notable on screen invites the public to want to know more about the themes, and how they are all capable of reflecting the transformations of a city over the years, modifying its physical spaces and creating new plural memories.

Sinopsis: Utilizando valiosas imágenes de archivo, fotografías y metraje en movimiento, este documental muy íntimo está ambientado en las calles del centro de Recife y retrata, entre otras historias, la desaparición de las salas de cine a lo largo de las décadas.

Como cualquier otro sector que mueve a toda una sociedad y ayuda a “dictar” parte de sus tendencias en el tiempo, la industria cinematográfica también vive en ciclos. Algunos de ellos traen sentimientos melancólicos, si se observan con un ojo más sensible, mientras que otros traen sentimientos que evocan una atmósfera con las esencias de un futuro que naturalmente asusta a las personas debido a su imprevisibilidad. En el caso de esta película, que es un documental, el guión “orbita” sobre la presencia y ausencia de los famosos cines callejeros en el centro de Recife.

No existe una línea temporal frecuente en los temas que aquí se tratan (las idas y venidas para hablar de todo lo que sucede son constantes, y es necesario prestar atención a los periodos para comprender mejor todo lo que sucede), pero el hecho de que La película está dividida en tres capítulos que ayudan a guiar el guión. En el primer capítulo, la trama se centra en mostrar algunos de los aspectos más personales de un futuro cineasta. En el segundo capítulo, el proyecto es más inmersivo en relación con su contexto principal (cines callejeros). En el tercer capítulo, un clímax “teatral” y dramático.

Explorando mejor cada capítulo, puedo decir que en el primer acto el público puede conocer un poco más cómo eran los cines callejeros en el centro de la ciudad de Recife y su peso en relación a la influencia que tenían cuando eran vistos como “herramientas”. .de transformación social y creadores de tendencias de comportamiento que reflejaban los intereses de una sociedad. Un ejemplo evidente de ello es cómo casi todo el primer acto se centra en mostrar al público el despertar de un cineasta que está dando sus primeros pasos en su “desconocida” profesión.

En el segundo acto (que es con diferencia el más interesante de todo el documental y si realmente amas el cine como a mí te fascinará todo lo que se muestra en pantalla), todo el peso de la narración recae de forma bastante inteligente en el Cines de calle que se encontraban repartidos por el centro de una gran capital del noreste de Brasil (en este caso, Recife). Desde el momento de sus pomposas inauguraciones hasta sus fatídicos cierres (que involucran aspectos e intereses políticos), retratando también las transformaciones físicas de algunos de estos edificios a lo largo de los años.

Mientras que en el tercer acto hay una mirada más centrada en una especie de “reforma social”, dejando de lado el cine callejero en favor de la religión, más precisamente hablando, cuando algunos de los cines más importantes del estado fueron comprados y transformados en iglesias. En este punto, es importante mencionar que existe una analogía muy interesante sobre los templos, y cómo los cines y las iglesias podrían verse como lugares de contemplación. En este mismo acto hay una muy buena conclusión del proyecto, que trae una conclusión metafórica a cada tema.

Kleber Mendonça Filho (que escribió el guión y también dirigió este proyecto con una mirada muy cuidada, llena de sentimentalismo y crítica social) explora muchas cosas de su propio pasado, y entre el pasado y el presente trae una película que ofrece al público una verdadera inmersión en la historia del cine callejero en el centro de Recife. A pesar de ser un documental corto, es muy puntual y preciso en todo lo que hay que contar y lo hace con un toque nostálgico muy asertivo. Al mismo tiempo, evoca un excelente debate que apunta a la política y la religión.

Técnicamente, aquí no hay nada innovador. Sin embargo, el montaje de escenas y el montaje son aspectos que hay que reconocer merecidamente. Incluso en los momentos menos interesantes (que es cuando el cineasta se centra demasiado en su propia historia, aportando una atmósfera un tanto “egoísta” al proyecto en general, y olvida lo que realmente hay que contar), todo es muy intuitivo, convergiendo en cree algunas escenas de transición geniales (especialmente aquellas que involucran cortinas de cine) entre épocas.

Retratos fantasmas deja muy claro cómo las personas son capaces de darle vida a los lugares que frecuentan, convirtiendo esos espacios antes inanimados en espacios con vida propia (y cualquiera que sea de la ciudad de Recife o ya haya visitado este lugar podrá para tener una experiencia aún mejor viendo este documental). Casi todo lo reseñable en pantalla invita al público a querer saber más sobre los temas, y cómo todos ellos son capaces de reflejar las transformaciones de una ciudad a lo largo de los años, modificando sus espacios físicos y creando nuevas memorias plurales.

Sinopse: Através de valiosas imagens de arquivo, fotografias e registros em movimento, este documentário bastante intimista é ambientado nas ruas do centro do Recife e retrata, dentre outras histórias, o desaparecimento das salas de cinema ao longo das décadas.

Assim como qualquer outro setor que move toda uma sociedade e ajuda a “ditar” uma parte de suas tendências ao longo do tempo, a indústria cinematográfica também vive de ciclos. Alguns deles trazem sentimentos melancólicos, se forem observados por um olhar mais sensível, enquanto outros, trazem sentimentos que evocam uma atmosfera com as essências de um futuro que naturalmente amedronta as pessoas por suas imprevisibilidades. No caso deste filme, que é um documentário, o roteiro “orbita” sobre presença e ausência dos famosos cinemas de rua no centro de Recife.

Não há uma linha temporal frequente nos assuntos que são abordados aqui (as idas e vindas para falar sobre tudo o que acontece são constantes, e é preciso ficar atento as épocas para entender melhor tudo o que está acontecendo), mas o fato do filme ser dividido por três capítulos ajuda a nortear o roteiro. No primeiro capítulo, a trama se concentra em mostrar alguns dos aspectos mais pessoais de um futuro cineasta. No segundo capítulo, o projeto é mais imersivo em relação ao seu principal contexto (as salas de cinemas de rua). No terceiro capítulo, um ápice “teatral” e dramático.

Explorando melhor cada capítulo, eu posso dizer que no primeiro ato o público pode conhecer um pouco mais do que eram os cinemas de rua no centro da cidade do Recife e o peso deles em relação a influência que eles tinham quando eram vistos como “ferramentas” de transformação social e criadores de tendências comportamentais que refletiam os interesses de uma sociedade. Um exemplo óbvio disso é como quase todo o primeiro ato se concentra em mostrar ao público o despertar de um cineasta que está dando os seus primeiros passos dentro da sua profissão “desconhecida”.

No segundo ato (que de longe é o mais interessante de todo o documentário e se você realmente adora cinema quanto eu, ficará fascinado com tudo o que é mostrado na tela), todo o peso da narrativa recai de maneira bastante inteligente sobre os cinemas de rua que estavam espalhados pelo centro de uma grande capital do nordeste do Brasil (neste caso, Recife). Desde o momento de suas pomposas inaugurações até os seus fatídicos fechamentos (envolvendo aspectos e interesses de ordem política), retratando também as transformações físicas de alguns desses prédios ao longo de anos.

Enquanto no terceiro ato, há um olhar mais voltado para uma espécie de “reforma social”, colocando o cinema de rua de lado em prol da religião, mais precisamente falando, quando algumas das salas de cinemas mais importantes do estado foram compradas e transformadas em igrejas. Neste ponto, é importante mencionar que há uma analogia muito interessante sobre templos, e como as salas de cinemas e as igrejas poderiam ser vistos como locais de contemplação. Neste mesmo ato, há uma conclusão muito boa para o projeto, que traz uma finalização metafórica sobre cada assunto.

Kleber Mendonça Filho (que assina o roteiro e também a direção deste projeto com um olhar muito cuidadoso e cheio de sentimentalismo e críticas sociais) explora muitas coisas do seu próprio passado, e entre o passado o presente, traz um filme que oferece ao público uma verdadeira imersão sobre a história do cinema de rua do centro do Recife. Apesar de ser um documentário curto, ele é muito pontual e preciso em tudo o que precisa ser contado e o faz com um toque saudosista muito assertivo. Ao mesmo tempo, evoca um excelente debate que coloca um alvo na política, e na religião.

Tecnicamente, não há nada de inovador aqui. No entanto, a edição das cenas e a montagem são aspectos que precisam ser merecidamente reconhecidos. Mesmo nos seus momentos menos interessantes (que é quando o cineasta foca na própria história de maneira muito excessiva, trazendo uma atmosfera um tanto quanto “egoísta” para o projeto no contexto geral, e esquece sobre o que é realmente preciso contar), tudo é muito intuitivo, convergindo para à criação de algumas ótimas cenas de transição (especialmente aquelas envolvendo cortinas das salas de cinemas) entre épocas.

Retratos Fantasmas deixa muito claro como as pessoas são capazes de dar vida aos lugares que frequentam, tornando esses espaços até então inanimados em espaços com vidas próprias (e quem for natural da cidade de Recife ou já tenha visitado esse lugar conseguirá ter uma experiência ainda melhor assistindo a este documentário). Quase tudo o que é notório na tela convida o público a querer saber mais sobre os temas, e em como todos eles são capazes de refletir as transformações de uma cidade ao longo dos anos, modificando seus espaços físicos e criando novas memórias plurais.