Los dramas médicos abundan por demás en la TV y cada uno de ellos con un enfoque distinto nos muestra una perspectiva de la vida médica contada desde la vida misma de los doctores. En algunos, es posible encontrar personajes memorables, hechos médicos increíbles, relaciones amorosas tortuosas al estilo de Cumbre Borrascosas, pero todas, absolutamente todas, tienen una marca especial que nos atrapa. Particularmente, los dramas médicos a mí no me gustan mucho, por eso suelo evadirlos, sin embargo, tengo un recuerdo especial por ER, sala de emergencia.

Fueron muchas los actores que saltaron a la fama son esa serie médica. También los personajes que se quedaron grabados en nuestras mentes. Ahora no recuerdo con tanta claridad a todos los personajes, pero tengo en mi mente al Dr. Ross, quien sentía amor por su carrera de pediatría, aunque era un desastre en su vida personal. Al Dr. Carter, que llegó bastante joven y pudimos ver cómo crecía como médico y persona dentro de la serie. Desde sus ataques de ansiedad, su adicción, hasta sus amores me llevaron a querer mucho a este personaje.

También recuerdo al médico más odioso de este mundo... Se trata del Dr. Romano. Solo Dios sabe cuánto rechazo me generaba. Este personaje mostraba la parte mercantilista, seca y realista de la profesión médica. Él siempre buscaba acomodar todo a su conveniencia, pero en el fondo, en el fondo, algo de razón tenía en algunos pareceres. Hay cosas que no se resuelven desde una perspectiva romántica, a veces, hay que ser pragmáticos con algunas cosas. Solo con algunas cosas.

De esta manera, podría seguir haciendo una lista de todos los personajes que recuerdo, no obstante, ahora quiero hablarles de uno de los personajes que más me gustó. Se trata del Dr. Mark. Este simpático médico por un momento pasó inadvertido para mí. Hasta que cobró mucha importancia dentro de la trama, protagonizando lo que sería todo su proceso con la enfermedad que lo llevó a la muerte. Ese último capítulo de su vida dentro de la serie, no lo olvidaré jamás. Esa secuencia que muestra la carta que él dejó y que se vuela como voló su alma, jamás se me olvidará. Realmente, para mí fue toda una pérdida, tanto así que, dejé de ver la serie. Después de la muerte de este personaje, nada volvió a ser igual.

Soy de los televidentes que suelen amar a algunos personajes y, por lo tanto, me resulta difícil desprenderme de ellos. ¿Suena loco? Disculpen, pero es que así de apasionada soy. No se nota mucho, porque no me gusta exponer esa parte de mí. Sí, amé con locura a ese personaje y todo su proceso. Su lucha y luego su decisión de irse y morir lo más dignamente posible ¡Wow! Desgarrador para mí. Recientemente, vi que la volverían a transmitir. Me invadió la nostalgia. Comencé a verla y no la terminé de ver. Mis ocupaciones de ahora no me lo permitieron.

Dicho esto, pues, no me queda más que resumir esta publicación concluyendo que para mí Er, Sala de Emergencia, es la mejor serie dramática que he visto en mi vida y que con gusto me sentaría a ver si tuviera el tiempo para hacerlo. Sin embargo, aunque sea trascendente para mí, pues, debo admitir que los tiempos han cambiado, los televidentes, las necesidades de las productoras y ahora tenemos serien como Anatomía según Gray, Dr. House, que no fue de mi agrado, pero a mi hermana le encantaba, El buen doctor, con el guion básico del drama médico, pero con un tratamiento de temas actuales más acordes a estos nuevos tiempos (ansiedad, depresión, autismo, ideología de géneros) que marcan un distanciamiento entre las series de antes y ahora. El mundo ha cambiado, señores, y con el todas las formas hacer y producir series y películas.

Un abrazo, mis lectores...