📽️Review: "Never Blink (2025)"|Reseña:"Never Blink (2025)" (ENG-ESP)

(adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({});

The first horror film I remember is The Shining. I saw it one night at the Popular Cinema in Manzanillo, after skipping school, and I confess I couldn't go back because I saw Jack Nicholson with an axe in his hand everywhere. That sense of terror embedded in the everyday, transforming a familiar space into the epicenter of a nightmare, is what genre cinema has always sought to replicate. And it's with that same premise—turning an act as mundane as blinking into the source of existential horror—that Never Blink (2025) appears on the cinematic scene.

Never Blink's proposal is bold in its simplicity: what happens in those milliseconds of darkness when we close our eyes? The film postulates that our mind operates in eleven dimensions and that, when we blink, a part of it "resets" in those other realities.

Wasting 48 minutes a day in that unnoticed "darkness" is a disturbing thought. But terror is unleashed by the question: "What if we could see what we're missing? What if those paths led us to doors that should never be opened?"

This premise immediately reminds me of other productions that have successfully exploited a basic human sense or action to generate an inescapable threat. I think of A Quiet Place, where sound meant death, or Bird Box, where seeing the entities meant the end. Never Blink elevates blinking to that same level of risk, transforming an instinctive bodily function into a threshold toward the unimaginable.

The plot introduces us to Dr. Kessi Aaron and her team of medical students. They, with their brilliant intellect, but with a recklessness that often defines horror characters, discover a way to capture images of those fleeting moments.

What they reveal is a "macabre world," an "alternate dimension" populated by "grotesque and malevolent entities." This idea of a superimposed or hidden reality, accessible through science or altered states of consciousness, has clear points of contact with films like Flatliners, where medical students flirt with death to see what lies beyond.

It also recalls films like From Beyond, where a device allows us to see Lovecraftian horrors beyond human perception, or even The Thing itself, where the threat disguises itself and corrupts the familiar.

The horror in Never Blink deepens when Frank, Kessi's love interest, falls into a coma. This is linked to a drug, X38, that allows users to travel to that intermediate dimension.

This element adds a layer of "technology unleashing evil," a constant in the science fiction and horror genre. The search for the truth and the desperate attempt to stop these entities from invading our world becomes the narrative driving force.

Directors Christopher Saint Booth and Philip Adrian Booth, along with co-writer Ami Orava, promise a "fresh and nostalgic homage to the '80s sci-fi horror classic." This reference suggests a focus on atmospheric horror, disturbing creature design, and constant tension, reminiscent of the space-faring unease of Alien or the paranoid panic of The Thing.

The film is categorized as horror, science fiction, and thriller, suggesting a combination of jump scares, ethical dilemmas, and a race against time.

The impact of a film like Never Blink will depend on its ability to immerse the viewer in this existential paranoia. That something as harmless as blinking can be a death sentence or a portal to the unknown is a terrifying idea.

The phrase, "In the blink of an eye, you will be dead," isn't just a slogan. It's also, yes, a direct threat that seeks to delve into the depths of fear. Never Blink doesn't achieve the same mastery as The Shining in transforming the everyday into a space of inescapable horror, but it's a journey worth taking nonetheless.

RATING

7/10

Content I Own

The images are screenshots I took while watching the film.

Translated with Google Translation

I am a writer. I have published: A Banquet of Ashes (2002), Behind the Skin (2004), On This Side of Death (2014), The Natural Order of Things (2015), The Blood of the Marabou (2020), The Sixth Cavalry of Kansas (2024), and Infinite Nothingness (2024).

Reseña:"Never Blink (2025)"

La primera película de terror que recuerde es El resplandor. En el cine Popular de la ciudad de Manzanillo, fugado de la escuela la vi una noche y confieso que después no podía regresar porque en todas partes veía a Jack Nicholson con el hacha en la mano. Esa sensación de terror que se inserta en lo cotidiano, que transforma un espacio familiar en el epicentro de la pesadilla, es la que el cine de género siempre ha buscado replicar. Y es con esa misma premisa, la de convertir un acto tan mundano como el parpadeo en la fuente de un horror existencial, que Never Blink (2025) se presenta en el panorama cinematográfico.

La propuesta de Never Blink es audaz en su simplicidad: ¿qué pasa en esos milisegundos de oscuridad cuando cerramos los ojos? La película postula que nuestra mente opera en once dimensiones y que, al parpadear, una parte de ella "se reinicia" en esas otras realidades.

Perder cuarenta y ocho minutos al día en esa "oscuridad" inadvertida es una idea perturbadora. Pero el terror se desata con la pregunta: "¿Y si pudiéramos ver lo que nos perdemos? ¿Y si esos caminos nos llevaran a puertas que nunca deberían abrirse?".

Esta premisa me remite de inmediato a otras producciones que han sabido explotar un sentido o una acción humana básica para generar una amenaza ineludible. Pienso en A Quiet Place, donde el sonido significaba muerte, o en Bird Box, donde ver a las entidades era el fin. Never Blink eleva el parpadeo a ese mismo nivel de riesgo, transformando una función corporal instintiva en un umbral hacia lo inimaginable.

La trama nos introduce a la Dra. Kessi Aaron y a su equipo de estudiantes de medicina. Ellos, con su intelecto brillante, pero con una imprudencia que a menudo define a los personajes de terror, descubren una forma de capturar imágenes de esos fugaces instantes.

Lo que revelan es un "mundo macabro", una "dimensión alternativa" poblada por "entidades grotescas y malévolas". Esta idea de una realidad superpuesta o escondida, accesible a través de la ciencia o de estados alterados de conciencia, tiene puntos de contacto claros con películas como Flatliners donde estudiantes de medicina coquetean con la muerte para ver qué hay más allá.

También recuerda a filmes como From Beyond, donde un dispositivo permite ver horrores lovecraftianos más allá de la percepción humana, o incluso la misma La cosa, donde la amenaza se disfraza y corrompe lo familiar.

El horror en Never Blink se profundiza cuando Frank, el interés amoroso de Kessi, cae en un coma. Esto se relaciona con una droga, la X38, que permite a los usuarios viajar a esa dimensión intermedia.

Este elemento añade una capa de "tecnología que desata el mal", una constante en el género de ciencia ficción y terror. La búsqueda de la verdad y el intento desesperado por detener la incursión de estas entidades en nuestro mundo se convierte en el motor narrativo.

Los directores Christopher Saint Booth y Philip Adrian Booth, junto a la coguionista Ami Orava, prometen un "homenaje fresco y nostálgico al clásico de la ciencia ficción y terror de los 80". Esta referencia sugiere un enfoque en el horror atmosférico, en el diseño de criaturas perturbadoras y en una tensión constante, reminiscentes de la inquietud espacial de Alien o el pánico paranoico de The Thing.

La película se categoriza como terror, ciencia ficción y suspense, lo que apunta a una combinación de sustos, dilemas éticos y una carrera contra el tiempo.

El impacto de una película como Never Blink dependerá de su capacidad para sumergir al espectador en esa paranoia existencial. Que algo tan inofensivo como parpadear pueda ser una sentencia de muerte o un portal a lo desconocido, es una idea aterradora.

La frase: "En un abrir y cerrar de ojos, morirás", no es solo un eslogan. Es también, sí señor, una amenaza directa que busca hurgar en lo más profundo del miedo. Never Blink no logra la misma maestría que El resplandor para transformar lo cotidiano en un espacio de horror ineludible, pero es un viaje que, a pesar de todo, vale la pena emprender.

CLASIFICACIÓN

7/10

Contenido de mi Propiedad

Las imágenes son capturas de pantalla que realicé mientras veía la película

Traducción con Google Translation

Soy escritor. He publicado: Convite de Cenizas (2002), Tras la piel (2004), En este lado de la muerte (2014), El orden natural de las cosas (2015), La Sangre del Marabú (2020), La Sexta Caballería de Kansas (2024) y La Nada Infinita (2024)



(adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({});
9 comments
avatar

I am so adding this to my watchlist for the weekend! I love horror movies and one with description such as this is a must watch for me!

avatar

Para ser alguien que proclama no preferir las películas de terrror he visto demasiados de los títulos que mencionas. No prometo animarme a verla porque solo la reseña ya me tiene el corazón a mil, aunque eso por sí solo ya habla muy bien del filme y de tu maestría para presentarlo

avatar

Me creo el filme y el terror me sube la presión. Excelente reseña quizás acompañada la pueda ver 😊

avatar

¡Justo ayer copié este filme!
¡Cuánto me alegra lo causal al ver tu reseña, cuando aún no lo haya visto, para ya ir a devorarlo con una fantástica guía como la tuya!
¡Gracias!

avatar

Pues hay que emprender ese viaje. El Resplandor es una obra maestra de King, Kubrick supo transformar el arte en arte mismo, referente de tantos filmes posteriores. Pero me gusta desprejuiciarme y esperar siempre a escuchar la propia voz de cada película, invariablemente tienen algo genuino que contar.